¿Por qué la industria musical está en tan mal estado?

State of music industry

Leroy Sanchez • 13 de septiembre de 2024

8 minutos

La industria musical, que alguna vez fue un próspero centro de expresión artística e impacto cultural, ahora enfrenta numerosos desafíos que han afectado significativamente su panorama. Dominada por monopolios de grandes discográficas y dirigida por un modelo capitalista que prioriza las ganancias sobre la creatividad, la industria ha creado un entorno que favorece a unos pocos, mientras que la mayoría de los artistas luchan por ganarse la vida. El auge de las plataformas de streaming como Spotify ha complicado aún más las cosas, introduciendo un modelo de ingresos que paga poco a los artistas. La sobresaturación del mercado, el cambio de álbumes a sencillos, los contratos explotadores de 360 grados y la presión de la viralidad en las redes sociales solo han empeorado la situación. Este artículo explora estos problemas multifacéticos, ofreciendo un análisis exhaustivo de por qué la industria musical se encuentra en un estado tan crítico hoy en día y qué se podría hacer para fomentar un entorno más justo y sostenible para todos los artistas.

Monopolio de Discográficas

La industria musical está dominada por tres grandes jugadores: Universal Music Group, Sony Music Entertainment y Warner Music Group. Estas compañías controlan la gran mayoría del mercado, creando un monopolio virtual que dificulta que nuevas y diversas voces rompan barreras. Esta concentración de poder limita la variedad de música que llega al público en general y sofoca la innovación, ya que estas grandes discográficas priorizan la rentabilidad sobre la expresión artística. Ejercen un control significativo sobre los canales de distribución, las listas de reproducción de streaming y la radio, lo que hace casi imposible que los artistas independientes logren un amplio reconocimiento sin alinearse con uno de estos gigantes. La falta de competencia dentro de la industria no solo afecta la diversidad de la música disponible, sino que también refuerza prácticas explotadoras como contratos desfavorables y regalías reducidas para los artistas.

Plataformas de Streaming como Spotify

Las plataformas de streaming han transformado la forma en que las personas consumen música, desplazando el enfoque de poseer música a acceder a vastas bibliotecas de canciones por una tarifa mensual nominal. Aunque esta democratización del acceso suena beneficiosa, ha creado un modelo de ingresos que beneficia desproporcionadamente a las plataformas y a las discográficas en lugar de a los artistas. Spotify, Apple Music y otros servicios de streaming pagan a los artistas fracciones de centavo por reproducción, lo que dificulta que la mayoría de los músicos ganen un salario digno solo con su música. Este modelo prioriza el volumen sobre el valor, fomentando canciones más cortas y promoviendo la cantidad sobre la calidad. Además, los algoritmos que impulsan estas plataformas favorecen las canciones ya populares, lo que dificulta que los artistas menos conocidos o independientes obtengan visibilidad.

Sobresaturación del Mercado

La aparición de herramientas asequibles de producción musical y plataformas de distribución digital ha reducido las barreras de entrada para los músicos emergentes. Aunque esta democratización ha permitido que muchos nuevos artistas emerjan, también ha llevado a un mercado sobresaturado. Miles de canciones se suben diariamente a las plataformas de streaming, lo que hace cada vez más difícil que un solo artista se destaque. El volumen de contenido hace que el descubrimiento sea un desafío, incluso para los músicos talentosos, y muchos artistas luchan por ganar terreno o encontrar a su audiencia. Esta saturación también diluye la calidad general de la música, ya que la facilidad de producción y lanzamiento no siempre se correlaciona con el mérito artístico.

El Impacto del Capitalismo en la Industria

El capitalismo ha influido fuertemente en la industria musical, a menudo a expensas de la integridad artística y del trato equitativo para todos los artistas. El enfoque principal de la industria se ha desplazado hacia la rentabilidad, con decisiones cada vez más impulsadas por las tendencias del mercado en lugar de la creatividad genuina o el impacto cultural. Este enfoque comercial conduce a una homogeneización de la música, donde las fórmulas que garantizan el éxito financiero se priorizan sobre la experimentación o los nuevos sonidos. Este entorno desanima a los artistas y a las discográficas a asumir riesgos, lo que resulta en una falta de diversidad e innovación en la música mainstream. Una de las consecuencias más notables de este modelo capitalista es la creciente brecha salarial entre los artistas de alto nivel y los músicos menos conocidos o emergentes. Mientras que los artistas superestrellas como Taylor Swift, Drake y Beyoncé pueden obtener contratos multimillonarios, ingresos por conciertos y lucrativos contratos de patrocinio, la gran mayoría de los artistas luchan por ganarse la vida. El 1% superior de los artistas captura una parte significativa de los ingresos totales de la industria, dejando poco para el 99% restante. Las plataformas de streaming y las discográficas promueven intensamente a los artistas ya establecidos, asegurando que su música llegue a una audiencia más amplia y genere más reproducciones, lo que a su vez aumenta sus ganancias. Mientras tanto, los artistas menos conocidos a menudo carecen del respaldo financiero o del poder de marketing para competir y reciben solo una pequeña fracción de los ingresos generados en estas plataformas.

Sencillos sobre Álbumes

En el panorama musical actual, los sencillos se han vuelto más viables comercialmente que los álbumes completos. Con el auge de las plataformas de streaming, la atención de los oyentes se ha acortado, y muchos prefieren consumir música en pequeñas dosis en lugar de álbumes completos. Este cambio ha llevado a un declive del álbum como una forma de arte coherente, donde los artistas tradicionalmente exploraban temas e ideas de una manera más profunda e interconectada. El énfasis en los sencillos alienta a los artistas a centrarse en crear canciones cortas, pegajosas y comercialmente atractivas, a menudo a expensas de un desarrollo artístico más sustancial. Como resultado, la profundidad y la variedad que una vez caracterizaron a los álbumes se pierden cada vez más en la carrera por el próximo éxito viral.

Contratos 360

A medida que las ventas de discos han disminuido, las discográficas han recurrido a 'contratos 360', que les permiten tomar una parte de todas las fuentes de ingresos de un artista, incluidas las giras, el merchandising, los patrocinios y más. Aunque este modelo proporciona a las discográficas múltiples fuentes de ingresos, a menudo deja a los artistas con ganancias significativamente reducidas. Los contratos 360 se consideran explotadores porque capitalizan todos los aspectos de la carrera de un artista, a menudo sin proporcionar un apoyo o inversión equivalentes en su desarrollo. Los artistas bajo tales contratos pueden encontrarse en un ciclo donde están constantemente trabajando, pero luchan por ganar un ingreso sostenible debido a la porción que las discográficas toman.

Impacto de las Redes Sociales

Las plataformas de redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube se han vuelto cruciales para el descubrimiento y la promoción de la música. Sin embargo, este cambio ha cambiado fundamentalmente la forma en que la música se comercializa y se consume. En lugar del desarrollo a largo plazo de artistas, hay un gran énfasis en la viralidad y las tendencias. Los artistas ahora a menudo están bajo presión para crear contenido que esté 'listo para ser viral', en lugar de centrarse en su música y su arte. Este entorno favorece el éxito a corto plazo sobre el crecimiento sostenido de la carrera, lo que lleva a un panorama dominado por tendencias fugaces en lugar de innovaciones musicales duraderas. La constante necesidad de participación también puede ser agotadora para los artistas, ya que se les requiere ser tanto creadores de contenido como músicos.

Conclusión

El estado actual de la industria musical es el resultado de una combinación de cambios estructurales, económicos y tecnológicos que han alterado la forma en que se crea, se comercializa y se consume la música. Desde el férreo control de los monopolios de las discográficas y los modelos de negocio explotadores hasta los desafíos que plantean las plataformas de streaming, la sobresaturación del mercado y la influencia de las redes sociales, cada factor contribuye a un entorno que prioriza las ganancias sobre la expresión artística genuina. Para abordar estos desafíos, es necesario un esfuerzo colectivo de artistas, discográficas, plataformas y consumidores para transformar la industria en una más justa, sostenible y que fomente la creatividad y la diversidad.